IZURAN. Medio milenio después Ansite aún da mucho que hablar. Ansite es hoy una fortaleza como ayer, aunque por fortuna de distinta naturaleza. Ansite es un bastión frente al olvido interesado de la historia de un pueblo. Este distinguido galardón se lo ha ganado a pulso un cortometraje, sí hablamos de cine, de cine canario. Pero no hablamos de un proyecto cinematográfico de un iluminado cualquiera. Tras este empeño se esconde una inquietud social que está dando sus frutos. No obstante hablamos de una de esas aventuras poco habituales en una Canarias acostumbrada a la sosa cultura de la subvención.
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Los resultados saltan a la vista; el teaser ‘Bentejuí’ y posteriormente cortometraje ‘Ansite’ sorprenden y desconcierta a muchos en las Islas Canarias. La prueba es el rotundo éxito cosechado en la totalidad de sus proyecciones en Gáldar, Las Palmas de GC, Aguere, Agadir…etc. un éxito sin antecedentes en el mundo del cortometraje isleño. Más allá de lo que algunos podrían considerar rancias nostalgias lo cierto es que una clave del éxito radica en la filosofía de un proyecto fílmico que no se autoimpone fronteras. Es ni más ni menos que contar una historia humana universal con la conciencia de que no deja de serlo por haberse desarrollado por estas latitudes.
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Salas del Cine Monopol repletas. |
No obstante sorprende a la persona no prevenida que ante la excelente acogida del público las instituciones y organismos que se suponen debería apoyar este tipo de iniciativas de especial interés común miran para otro lado. Una actitud que no sorprende a los ciudadanos habituados ya al mediocre guion cultural marcado desde las altas instancias de las Islas más partidarias del olvido que del libre pensamiento. Sin embargo ‘Ansite’ y el Proyecto Bentejuí cuentan con algo más primordial que una subvención; la calidad del film a pesar de su nulo presupuesto, la pasión de un equipo humano de gran valía, la constancia de su alma mater y por supuesto, el apoyo social incondicional que le brinda la ciudadanía.
Pero esto es sólo el principio. Pronto se estrenará en otras islas como Lanzarote, La Palma, Tenerife y otras ciudades del Estado como Madrid, Barcelona, Coruña o Bilbao. El objetivo es convertir este proyecto en un largometraje, algo que obviamente requiere de un presupuesto propio del cine, y de ahí la necesidad de su promoción internacional en busca de inversores. Cada vez seremos más los que disfrutaremos de la historia hecha cine, el mejor homenaje para una gesta de resistencia amazigh y universal que ya es eterna.